Con un formato muy atractivo e ilustrado con mucho humor, el protagonista de este libro comienza contándonos que hay muchas cosas que le dan miedo. Bueno, quizá no son tantas, ahora veremos que son bastante normales ¡y no sólo en niños!
Tiene miedo a estar solo en el bosque, sobre todo de noche.
También tiene miedo a algunos animales, grandes y peligrosos. Por eso nunca se le ocurriría nadar entre tiburones ni entre cocodrilos.
También le da miedo perderse. Por eso siempre va de la mano de papá o de mamá y, a veces, de los dos.
Así, va enumerando todas las cosas que le asustan.
Como bien dice, está claro que cada cual tiene sus miedos. Por ejemplo, su hámster tiene pánico al gato de su abuelo. Y su abuela siente terror cuando ve una araña.
Por supuesto, uno de sus grandes miedos era la oscuridad. Dormir con la luz apagada no le gustaba nada de nada.
Pero un buen día, no sé cómo, quizá porque me di cuenta de que no pasaba nada por dormir solo… ¡perdí el miedo!
Y, ¿qué pasó cuando dejó de tener miedo a dormir solo? Mmm…. pues nosotros lo vamos a dejar aquí porque ya sabéis que siempre nos detenemos antes de llegar al final de los libros.
Seguro que no os resulta complicado adivinar qué ocurre cuando una persona consigue vencer uno de sus grandes miedos. No queremos desvelaros el final que, por cierto, llega con sorpresa en forma de pestaña.
Todo lo que sé del miedo nos ha gustado especialmente porque aborda con naturalidad todos los miedos infantiles clásicos, dejando claro que los adultos también tenemos los nuestros, a menudo muy parecidos. Es interesante remarcar que el enfoque del libro es muy positivo, y de hecho es una lectura que ayuda a los peques a darse cuenta de que pueden vencer incluso sus miedos más arraigados, que normalmente se deben a fantasías o temores que no tienen fundamento.
Como es habitual en Combel, el formato está muy cuidado, desde sus páginas ligeramente más gruesas de lo normal pasando por las ilustraciones de Pep Montserrat, que nos encantan por su expresividad y humor. Es un libro que a menudo utiliza colores oscuros, propios de los temores de los niños, pero en absoluto resulta triste o infunde miedo.
Como es habitual en Combel, el formato está muy cuidado, desde sus páginas ligeramente más gruesas de lo normal pasando por las ilustraciones de Pep Montserrat, que nos encantan por su expresividad y humor. Es un libro que a menudo utiliza colores oscuros, propios de los temores de los niños, pero en absoluto resulta triste o infunde miedo.
vía:pekeleke
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