Porque educar es un arte, es crear,
es llevar en nuestra alma y nuestro ser, algo de marino, de poeta y de
pirata, es poner algo de nosotros mismos en una obra, tal y como dijo Sócrates:
“es despertar el potencial interior del ser humano para que pueda desarrollarlo
y ejercitarlo”.
Educar es preparar a una persona para que
pueda vivir su historia personal del mejor modo posible. Seducirla y despertar
su interés y gusto con valores que la hagan libre para vivir y forjar su
futuro.
El sueño de todo educador es poder ser la
luz del faro que guía, orienta e ilumina el camino, a través de las enseñanzas,
las experiencias, el conocimiento y las relaciones interpersonales.
Ser
educador es convertirse, en esas estrellas que, son para esos barcos, para esos
niños, signo y guía que mantienen el rumbo sin perder el norte.
¡Feliz Finde!
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