¡Ven!




Ven.
Sigue viniendo.
No te canses de venir, en espíritu, 
en palabra, en verdad y vida.

Ven a este mundo que hambrea sentido y de esperanza.

Ven a habitar cada horizonte.
Ven a sacudir las inercias, 
a avivar los amores apagados, 
a calentar los hogares fríos, ven.

Ven, de nuevo niño,
a mostrarnos esa fragilidad poderosa del Dios pequeño.
Sigue viniendo,
contra viento y marea,
contra escepticismos y rutinas,
contra dudas y atrofias. ¡Ven!