Felices quienes ofrecen cada mañana una
sonrisa a la primera persona que se cruza en su camino.
Felices quienes derrochan sonrisas, pues sólo
este exceso podrá vencer la distancia, los muros y las apariencias.
Felices quienes han descubierto que una
sonrisa no cuesta prácticamente nada y en cambio produce frutos imprevisibles.
Felices quienes después de vivir unos malos
momentos renueva el ánimo con la sonrisa y la cercanía del amigo.
Felices quienes no piensan en el valor del
mercado por cada sonrisa que ofrecen, sino que las reparte a quien la necesita
y reconoce su utilidad en el momento que la regala.
Felices quienes se han dado cuenta que una
sonrisa es un bálsamo que produce milagros y está indicada contra la tristeza,
la apatía, la desesperanza y la dureza de corazón.
Felices quienes saben que una sonrisa ofrece
serenidad ante el cansancio de la vida, da nuevo vigor a la persona que la
recibe y renueva su ánimo.
Felices quienes han experimentado que
repartiendo cada día más sonrisas no se empobrecen, sino que aumenta su
felicidad al enriquecer a quienes las reciben.
¡Happy Weekend!