¡Ven!




Ven.
Sigue viniendo.
No te canses de venir, en espíritu, 
en palabra, en verdad y vida.

Ven a este mundo que hambrea sentido y de esperanza.

Ven a habitar cada horizonte.
Ven a sacudir las inercias, 
a avivar los amores apagados, 
a calentar los hogares fríos, ven.

Ven, de nuevo niño,
a mostrarnos esa fragilidad poderosa del Dios pequeño.
Sigue viniendo,
contra viento y marea,
contra escepticismos y rutinas,
contra dudas y atrofias. ¡Ven!

Felices...



Felices los que luchan. Los apasionados. Los que se la juegan, se arriesgan, dejan la orilla y se entrometen en el mar tormentoso.


Felices los que entran en escena, los que se sumergen, los que se zambullen,  Felices los que toman el timón de su vida y de la historia, dejan de quejarse y ponen las manos en acción. 



Felices los arremangados, los embarrados, los salpicados. Felices los que no se quedan al costado de la ruta; felices los que marchan y gritan y construyen.


Felices los pacientes, los que no se desaniman, los que siguen transpirando utopías en medio del desánimo general. Felices también los impacientes, los que tienen urgencia de justicia.


Felices los que viven, y quieren seguir vivos, los que no se conforman, los que no se rinden, los que no se salvan.









Un mar de fueguitos

Eduardo Galeano, escritor uruguayo, 
en el libro de los Abrazos cuenta:   



"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Dijo que somos un mar de fueguitos. El mundo es eso, reveló, un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y hay gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende". 



 A este mundo lo hacemos hermoso sus personas. 
Únicas e irrepetibles y llenas de luz.

Ojalá que cada uno de nosotros, allí donde estemos, seamos de esos fuegos que arden la vida con ganas y nuestro viaje transcurra con pasión, fuerza, confianza y coraje. 





El amor se ha de poner más en las obras...


"Si queremos un mundo de paz y de justicia debemos poner la inteligencia al servicio del amor. "



Antoine de Saint-Exupéry



«Guardaos de hacer las obras buenas en público 
solamente para que os vean» 
(Mt 6, 1)

Dice san Ignacio de Loyola que el amor ha de ponerse más en las obras que en las palabras. 

Atender a los pobres, y a los rotos, y no solo cantar su nombre. Trabajar por la justicia. Ser honrado más que presumir de ello. 
Hablar de paz con las manos abiertas. 
Amar en lo concreto, en la entrega de tiempo, de preocupaciones, de medios, poniendo el corazón en juego. De esto se trata.




Ser madre es un Plus.






Literatura infantil.


Para detener el tiempo, para viajar, para soñar, para aprender cosas nuevas, para experimentar todo un mundo de emociones....

Hoy es el DÍA INTERNCIONAL DEL LIBRO INFANTIL, ¿lo celebramos leyendo?




Father´s Day Ideas.